domingo, 13 de marzo de 2011

"NORMALOPATIA"

   Hola:

   El pasado lunes en un taller, alguien llamado Sebastian pronunció "esa palabra"...normalopatía. El caso es que me fascinó y enseguida sentí usarla como continuación del tema de la semana pasada "la modificación".  Así que en este precioso y húmedo día de marzo, veremos que opina Juanito.
   - Hola Juanito.
   - Hola Juanjo, precioso día ¿No crees?
   - La verdad es que si, estos días lluviosos son como melancólicos, invitan a estar con uno mismo. ¿Que te parece la "palabreja"?
   - Me parece genial, tremenda y terrible todo a la vez.
   - Huy...¡Tanto como terrible?
   - Se podría decir que "sufrir" por no encajar en la normalidad, "normalopatía", es sin duda la enfermedad de la mente humana.
   - Hombre no te pongas tan "radical", digamos que es una de las "disfunciones" humanas.
   - No, amigo mío, no. Es la "matriz" de todas las "disfunciones". Investiguemos: ¿Que es tal cosa como la "normalidad"?
   - Se podría decir que normalidad es lo "habitual".
   - ¿Y que es lo habitual?
   - ¡¡¡Tu siempre tan complicado!!!
   - Al revés, es tremendamente sencillo de comprender: Tenemos un "tremendo miedo" de experimentar-nos, de equivocar-nos. En definitiva, nos "tememos" a nosotros mismos. Llegamos a creer que si no "custodiamos" nuestra conducta, podríamos llegar a ser lo peor, lo mas sucio y lesivo. La paradoja es que ejerciendo tal custodia, obtenemos justo aquello que tratamos de evitar. Esto es sencillo de comprobar, basta leer-se el periódico y "ver".
   - ¡¡¡Tu eres un anarquista camuflado!!!
   - Ja ja ja, quizá, amigo, quizá. Usemos una metáfora:
   ...Un príncipe destinado a lo mejor de lo mejor, siente seguro de su magnífico destino. Recibe pues la mejor de las educaciones. Nada de lo "rudo" de la vida es para él. Se le "informa" del tipo de personas con las que se "debe" relacionar y las "normas conductuales" que debe seguir. Tiene "asesores" de lo "bueno" y de lo "malo" de tal manera que acercar-se a lo "malo" resulta ser "impensable" y acercar-se a lo "bueno", poco menos que "obligatorio".
   Amenudo su "camino" es "áspero" ya que "tiene" que dejar de hacer cosas que le "apetecen" y hacer otras que no quiere. A veces se queja, entonces sus padres y sus "educadores" le dicen: La vida de los príncipes es "dura", pero hay una gran recompensa al final del camino.
   Cuando el pequeño príncipe dice "no puedo mas", se le dice: ¡¡¡Paciencia!!! el día de mañana nos lo agradecerás, tu maravilloso destino exige "sacrificios".
   El caso es que el tiempo pasa y el día de mañana "siempre" aparece con su propio "día de mañana" de la mano. Además el príncipe "sufre" ya que constantemente se "compara". Existe una gran distancia entre lo que "siente" y lo que "debería sentir".
   Como se "supone" que aquello que es "normal" sentir no "encaja" con lo que en verdad "siente", el príncipe "aprende" a "ocultar-se", a disimular. Con el tiempo, tal cosa como el "disimulo" pasa a ser lo "normal" y el pequeño príncipe se "acostumbra" a ello.
   El tiempo pasa inexorable. Tantos años de "custodia" de aquello que "debería ser" han hecho que se olvide de "si mismo". Ahora ya no hay contacto "libre" de aquello que "si es". Sólo queda "la comparación", si me encajo "voy bien", si no encajo...
   El tiempo ha pasado, el príncipe es hoy el rey. Tras árduo esfuerzo, al fin encajó. ahora es un rey como dios manda. Sólo queda la "factura" del dolor de tantos años del "sacrificio" de no "vivir-se" sino "domar-se". Esa "factura" la pagarán sus "hijos" y súdbitos como antaño la pagó él.
   Sólo queda por averiguar quien tendrá el coraje de romper esa "cadena de dolor y desatino".
   - ¿Hablas de la educación?
   - No, hablo del "drama" humano. De "ese" intenso drama que consiste en "parecer-se" a algo que nos dijeron que es bueno (normalidad) en vez de experimentar-se y averiguar lo que "si es". Hablo de la constante "tergiversación" de lo que "si somos" en aras de algo que "debiéramos ser". De hecho, amigo, te hablo de una "gran traición" que nos hacemos a nosotros mismos. Tal "traición" tiene forzosamente que tener consecuencias en nuestro ánimo y conducta. Eso explica la causa de que seres "inocentes" como somos, nos convirtamos en auténticos "depredadores" (sobre todo de nosotros mismos)
   - Ostras, que duro lo "pintas".
   - Simplemente obsérvate, ¿Sueles saber lo que quieres, o mas bien "sabes" lo que "deberías" querer?
   - Mmm, vale, se lo que se "supone" que sería bueno o correcto. Pero ¿Que otro modo hay de "saber" lo que uno quiere?
   - Ahí le has dado, ¡¡¡no puedes saber lo que querrás!!! Sólo nos queda "vivir" y "descubrir" (a tiempo real) lo "que si es" y eso equivale a aceptar la "inocencia".
   - ¿Inocencia?
   - Inocente es aquel que "no sabe".
   - Bueno pero habrá que "descartar" cosas como matar a otro, robar, etc. Vamos, digo yo.
   - Amigo, descartar equivale a pretender "saber".
   - Ostras ¡¡¡que miedo!!! Lo que tu propones no tiene posibilidad de "control", es decir, uno "sabe" como empieza, pero no como acaba.
   - Ja ja ja, como la vida misma amigo...se sabe como empieza, pero para "saber" cuando y como acaba no nos queda "otra" que "descubrir-lo".
   - ¿Como formularías la propuesta?
   - Simple, observa la semana que comienza el lunes. Pregúntate si existe en absoluto algún modo "fiable" de "saber" como te vas a "sentir". Tras dar-te cuenta que no hay un modo de "saber-lo", sólo te queda "descubrir-lo". Ahora observa: Quizá "toca" hacer algo y nuestras mentes (el pasado)"opinan" que ese "algo" no nos va a gustar. Tenemos que dar por hecho que nuestro cuerpo mostrará una emoción "áspera", es ahí donde el "tema" se pone "difícil", ya que para poder "preveer" lo que es "imprevisible", sólo nos queda "consultar" con "lo normal". Es ahí, en medio de esa áspera sensación, donde hay que recordar que eres "libre", que la vida es siempre "nueva" y hacer lo que sería "normal" que "no nos guste" muy conscientes, con el fin de "ver" la tremenda distancia que hay entre lo que parece "debería ser" y lo que "resulta ser".
   - Ostras, pero a mi me gusta la "sensación de saber" lo que quiero y lo que no quiero.
   - Pero eso ya lo "sabes". Tu, yo y todo el mundo queremos lo mismo...¡¡¡sentir-nos muy bien!!! Con "saber" eso es mas que suficiente. El problema reside en la "pretensión" de "saber" que tipo de cosas y situaciones me van a acercar a la sensación de bien-estar.
   - Creo que comienzo a comprender-te, ¿podrías poner-lo en un ejemplo?
   - Vale. Investiguemos nuestra relación con el dinero:
   Yo deseo una economía "abundante" o al menos "suficiente" (la "normalidad" dice que ahí reside el bien-estar) De tal modo que creo que si tuviera suficiente dinero, me sentiría bien.
   El "ahorro" y la "custodia" de mis gastos se convierten en una "forma de vivir". Tanto es así que la "culpabilidad" y la "preocupacíon" aparecen cuando creo que gasto demasiado.
   El "intento" de "ascender" en mis ingresos profesionales también se convierte en "norma", de tal manera que suelo "sentir" cierto enfado cuando a otro le va mejor que a mi. De hecho "sensaciones" de injusticia, celos, envidias, etc. se convierten en lo "normal".
   Existe además el hecho de que al "nutrir-me" del "día de mañana", por muy bien que me vayan las cosas, querré mas y mas...Eso conduce a la "avaricia".
   Ovserva ahora el "curioso ciclo" que hemos recorrido: Pensé que tras la "abundancia" me sentiría bien. Me olvidé del "ahora". Decreté que ese "ahora" puede "esperar" a cuando sea "mejorado". No dudé en "inmolar" mis estados anímicos "soñando" lo fantástico que será. Como el día de mañana nunca llega, pasé mi vida entera luchando por un "bien-estar" que probablemente ya tenía pero que oculté bajo mis "sueños de mejora".
   Es como decir que dejo de "ver" lo mucho que ya tengo (gratitud) y comienzo a llorar por lo que creo que no tengo. Eso hace algo extraño y curioso: Doy mas valor al "bien-estar" que está por venir que al que ya está aquí y ahora. Esa "lucha" me "separará" de toda posibilidad de "sentir-me" bien.
   Ahora me pregunto...¿soy tonto perdido? Como por "sentir-me" bien me complico tanto la vida que ésta se hace casi "invivible". La respuesta sólo puede ser una...¡¡¡soy un "normalópata"!!!
   - Te pillo, y eso afecta a todas las áreas de nuestras vidas: Custodio mi relación de pareja porque creo que "eso" garantiza el "bien-estar". Los celos, discusiones, posesión, etc. harán "acto de presencia" y perderé el "bien-estar real". Custodio la educación de mis hijos y la "preocupación" por sus futuros "nublará" el "bien-estar" de ver-los crecer. Custodio mi mundo de relaciones ya que creo que tener amigos me hará sentir bien, comienzo a ir a sitios que no quiero ir (por no "perder" amistades) con lo que "pierdo" el inmenso placer de relacionar-me ya que lo convierto en un "esfuerzo", etc.
   - Y todo ello en "aras de la normalidad".
   - Ostras Juanito, mi vida es una "custodia" permanente: Pareja, hijos, salud, peso corporal, amigos, dinero, etc. ¡¡¡no quiero ser normal por dios!!! Eso no es vivir sino pensar-se. Es como "anestesiar-se" de la "ausencia" de los "aquí y ahora" con los "sueños de futuro" y como ese "futuro" es "hipotético" solo he podido extraer-lo de la "normalidad"...Soy un "normalópata".
   - Recuerda amigo, la vida es "siempre nueva". No existe tal cosa como soy eso o lo otro sino un "estoy siendo" así o asá. Esa es una excelente noticia ya que nos recuerda nuestro bien mas preciado la "libertad".
   Bueno, ya veis, una semanita donde no "existe" eso de que un "bien-estar" futuro tenga mas poder que uno presente. Evitemos dar "significados" a nuestros actos en el "tiempo". Como "pensar" que si digo "no" a un amigo amenudo...me quedaré sin amigos. Sentir lo "legítimo" de nuestra "sensación" actual y entregar-nos a la "consecuencia"...¿Que miedo verdad?
   Des-enganchar-se de "algo" da miedo. Tememos aquello que "desconoce-mos". Entregar-se a la acción acaba por "disolver" el miedo. Nada da tanto miedo como "desafiar" la "normalidad". Desafiar la "normalidad" nos hace "libres" y "genuinos". Sólo en la "libertad" pueden vivir el amor, la belleza y la inteligencia.
   "Desenganchémonos" de la peor de las enfermedades, la "normalopatía" y seamos "libres" de "ser" aquello que "haya de ser". Porque amigo...lo que haya de ser va a "ser" te pongas como te pongas. Así que bailemos, riamos y disfrutemos...¡¡¡no hay nada que conservar!!! Salvo un "bonito" cadaver.
   De veras que no es "normal" que os quiera tanto cuando apenas conozco a la mayoría de vosotros/as. Que ¡¡¡tremenda alegría!!!
   Besos de Juanjo & Juanito

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