domingo, 9 de octubre de 2011

LA SOMBRA REBELDE

   HOLA A TODOS:

   Soy Juanito, Juanjo duerme. Ayer estuvo haciendo "esas cosas" que hace para "ver" si "suelta" el tremendo miedo que siente por su "sombra". Quiero mucho a ese hombre y respeto lo que hace, pero, tener "miedo de la propia sombra" es tener miedo también de la "luz" que uno es.
   La "sombra" en si misma no existe, sólo es un efecto de la "luz". Cuando "observamos" una "sombra", vemos que no siempre es un "fiel" reflejo de la "forma" que "expresa". Por ejemplo, la "sombra" de un alargado ciprés, a según que hora del día es mas ancha o mas larga, incluso puede adoptar "formas" caprichosas que acaban pareciéndose a otras cosas.
   Cuando observamos el "fenómeno de la luz" podemos comprender muchas cosas de nosotros mismos, del mismo modo que en el ejemplo del ciprés, no es tanto que nosotros cambiemos sino que cambiamos nuestra posición con respecto de la "luz". Por decirlo de otra manera, la "luz" siempre es la "luz" y "uno" siempre es "uno", lo único que puede "cambiar" es el "orden" o "disposición" que existe entre la "luz" y la "forma", en otras palabras, entre el "fenómeno" y el "objeto" (lo que pasa y lo que es)

                               LA SOMBRA REBELDE

     ...Era un día hermoso y soleado en esos hermosos campos de girasoles que viven a escasos kilómetros del mar en alguna zona de la costa.
     ...Era una región de mil comarcas, una comarca con mil pueblos, un pueblo de mil tierras y una tierra que tenía mil girasoles...y esta es la historia de Antonio Girasol.
     ...Antonio Girasol solía complacerse de contemplar como su propia sombra iba haciendo dibujos en la tierra, al tiempo que el sol se movía marcando las horas.
     ...Temprano por la mañana la escasa sombra lucía gris, al mediodía era concreta y oscura, al atardecer se alargaba y aclaraba...y entre medio pasaba por toda una gama de cambios.
     ...A veces, la sombra de Antonio Girasol se mezclaba con la de la encina Adelina, una nube de algodón y aquel pájaro que volaba, haciendo nuevas formas en la tierra.
     ...Antonio Girasol comprobó un día que no todas las formas que adoptaba su propia sombra le gustaban igual, de modo que comenzó e escoger y desechar.
     ...Y día tras día, escogiendo y desechando, poco tardó Antonio Girasol en decretar que sombras eran buenas y que sombras eran malas...que sombras quería y a cuales rechazaba.
     ...Decididas las sombras correctas y condenadas las malas sombras, Antonio Girasol creyó comenzar a ser dueño de la definición de su propia sombra...y Antonio luchó...
     ...Luchó contra expresar su propia sombra en los momentos en que la forma no era la deseada e intentó capturar los momentos en que su sombra era hermosa.
     ...Tanto y tanto luchó Antonio Girasol que se le iban cayendo los pétalos ásperos y amarillos...pero no conseguía que su sombra fuera la deseada.
     ...Antonio girasol ya no veía su sombra, lo único que veía era si ésta se parecía a lo que un día le pareció hermoso o a aquella forma que algún día le horripiló.
     ...Tantos pétalos ásperos y amarillos le faltaban ya, tan doblado lucía su tallo, tan poco brío tenía Antonio Girasol de tanta lucha, que aún en los momentos de forma buena,,,seguía fea.
     ...Cuando Antonio Girasol dejó de intentar domar su forma, creyó que lo mejor era olvidarse de ella, hacer como si no existiera...ya sabes...ojos que no ven, corazón que no siente...¿Dicen eso, no?
     ...Pasaron cuarenta días, que para un girasol equivalen a quince años, y Antonio girasol ya ni recordaba que tenía sombra...eso si, ahora lo que tenía era mucho miedo.
     ...Miedo de que algo terrible va a ocurrir, de no llegar a ser el girasol que se merece, de que en vez de pipas de  girasol va a criar aceitunas rellenas en su entraña...miedo a todo.
     ...Y cuando el miedo apretaba, abría los ojos de su cara verde y miraba al mundo donde se fragüaban sus miedos e intentaba comprenderlos, pero lo que veía era tan amenazador, tan negro...
     ...Antonio Girasol tenía tanto miedo que ya no se atrevía a abrir los ojos, dejaba que el día transcurriera mientras el no miraba...de ese modo esperaba disminuir su miedo.
     ...Claro que al no mirar, ya no podía ver el sol y girar junto con él tal como hacen los girasoles, ahí tenéis a Antonio Girasol sin pétalos ásperos, torcido y triste, con los ojos cerrados e inmovilizado.
     ...Antonio Girasol ya no se soportaba a si mismo, sólo dejaba pasar los días del modo menos doloroso posible en espera de su muerte...ya que al menos daría buenas pipas a los niños.
     ...Era día de fiesta en el cielo, el cumple-eternidades de Dios, y en ese día es tradición celeste perdonar errores básicos, y como la luz es la que crea la sombra...vino el eclipse a solventar.
     ...De repente se hizo oscuro a las doce del mediodía y los girasoles dijeron ¡¡¡Ostras!!! Todos menos Antonio Girasol que por fin se atrevió a abrir los ojos ya que su sombra no estaba...¡¡¡Que alivio!!!
     ...Minutos después y poco a poco volvía la luz, Antonio Girasol pensó: Ay ay ay...ahora volverá el monstruo, pero estaba ya tan cansado de luchar que se dejó ser.
     ...Y ahí apareció su sombra, perfecta y renovada...eso si, con las huellas de la lucha en sus escasos pétalos ásperos y amarillos y en su torcido tallo...pero intacta, tal como siempre fue.
     ...Antonio Girasol comprendió por fin que escoger la sombra buena y rechazar la mala, es perderse uno mismo ya que tanto la buena como la mala son lo mismo.

   A lo largo de la vida, cosas nos "salen" bien y otras no tanto, pero tanto las unas como las otras son "parte de la misma entidad", son "uno mismo".
   La tierra gira alrededor del sol y la "luz" parece moverse...pero no es así, la "luz" siempre está ahí y depende de como se posicione el "objeto" se produce una "sombra", "otra" o "ninguna". Del mismo modo la vida siempre "es" y dependiendo de como nos posicionamos ante ella, producimos una u otra "sombra", pero ésta siempre (aunque cambie de forma) es lo mismo: La danza entre la "luz" y el "objeto", entre el "amor" y el "individuo".
   Cuando el "individuo" niega el "amor" aparece el "miedo" y cuando uno "cree en el miedo" éste se rebela y se declara "independiente del amor". Entonces se invierte el proceso natural de las cosas, se pone todo al revés. Ahora ya no es el "uno" quien tiene "sombra" sino una "sombra" que le tiene a "uno". Es ahí cuando comenzamos a analizar la sombra, a juzgarla, a rechazarla o abrazarla, etc. sin darnos cuenta que estamos construyendo castillos en el aire por que en definitiva, la "sombra" no existe...¡¡¡Es sólo un efecto de la danza de la vida!!!
   Dejaré a mi exhausto amigo Juanjo que duerma, él estará contento de que os haya escrito yo...ya le conocéis...¡¡¡Hay que hacer el Juanjo & Juanito como sea!!! Si queréis, perdonemos a nuestras sombras esta semana ya que ello es perdonarse a uno mismo y al mundo entero.
   Juanjo os quiere muchísimo...de veras.

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